Una nueva técnica de imágenes de ultrasonido a proporcionado la primera visualización in vivo de la actividad de la corteza piriforme de ratas, durante la percepción del olor.
Esta estructura cerebral profunda juega un papel importante en el olfato pero, hasta ahora, había resultado inaccesible para el registro de imágenes. La investigación arroja nueva luz asimismo sobre el aún poco conocido funcionamiento del sistema olfativo, y en particular sobre cómo se procesa la información olfativa en el cerebro.
En el estudio han participado científicos del Instituto Langevin (CNRS / INSERM / ESPCI ParisTech / UPMC / Université Paris Diderot) y del Laboratoire Imagerie et Modélisation en Neurobiologie et Cancérologie (CNRS / Université Paris Diderot Paris-Sud/Université) de Francia.
Mirando en lo más profundo del cerebro
¿Cómo puede la percepción de los sentidos ayudarnos a representar el entorno exterior? ¿Cómo puede el cerebro procesar la información oflativa, procedente de alimentos o perfumes?
Aunque ya se conocía bien la organización del sistema olfatorio -similar en múltiples organismos, desde insectos a mamíferos - su funcionamiento sigue resultando poco claro aún. Para tratar de comprenderlo, los científicos centraron su análisis en dos estructuras del cerebro vinculadas al olfato: el bulbo olfatorio y la corteza piriforme.
En las ratas, el bulbo olfatorio está situado entre los ojos, justo detrás del hueso nasal. La corteza piriforme, por su parte, está profundamente arraigada en el cerebro de los roedores, una ubicación que, hasta ahora, había hecho imposible la obtención de imágenes en vivo de ella.
Pero una técnica de imágenes de ultrasonido neurofuncional desarrollada por el equipo de científicos franceses -con Mickael Tanter e Hirac Gurden a la cabeza- ha cambiado esta situación. Bautizada como fUS (Ultrasonido funcional), la tecnología permite la monitorización de la actividad neuronal en dicha corteza.
Características técnicas
Según informa el CNRS en un comunicado, la técnica se basa en la transmisión de ondas planas de ultrasonidos por el tejido cerebral.
Tras el procesamiento de datos, los ecos devueltos por las estructuras atravesadas por dichas ondas pueden proporcionar imágenes con una resolución espacial y temporal sin igual: 80 micrómetros y unas pocas decenas de milisegundos.
El contraste de las imágenes se debe a las variaciones en el flujo sanguíneo del cerebro. De hecho, la actividad de las células nerviosas requiere un aporte de energía; por lo que está vinculada a una afluencia de sangre en la zona en cuestión.
Mediante el registro de las variaciones de volumen de los vasos sanguíneos que riegan las diferentes estructuras del cerebro, por tanto, es posible determinar la ubicación de las neuronas activadas.
Varias técnicas de imagen, como la resonancia magnética, ya se basan en la relación entre el volumen de la sangre y la actividad neuronal. Pero, de nuevo según el CNRS, la técnica fUS ofrece ventajas en términos de coste, facilidad de uso y resolución. Además, posibilita el acceso a estructuras más profundas, que se encuentran varios centímetros por debajo del cráneo.
FUENTE: www.tendencias21.net/
Esta estructura cerebral profunda juega un papel importante en el olfato pero, hasta ahora, había resultado inaccesible para el registro de imágenes. La investigación arroja nueva luz asimismo sobre el aún poco conocido funcionamiento del sistema olfativo, y en particular sobre cómo se procesa la información olfativa en el cerebro.
En el estudio han participado científicos del Instituto Langevin (CNRS / INSERM / ESPCI ParisTech / UPMC / Université Paris Diderot) y del Laboratoire Imagerie et Modélisation en Neurobiologie et Cancérologie (CNRS / Université Paris Diderot Paris-Sud/Université) de Francia.
Mirando en lo más profundo del cerebro
¿Cómo puede la percepción de los sentidos ayudarnos a representar el entorno exterior? ¿Cómo puede el cerebro procesar la información oflativa, procedente de alimentos o perfumes?
Aunque ya se conocía bien la organización del sistema olfatorio -similar en múltiples organismos, desde insectos a mamíferos - su funcionamiento sigue resultando poco claro aún. Para tratar de comprenderlo, los científicos centraron su análisis en dos estructuras del cerebro vinculadas al olfato: el bulbo olfatorio y la corteza piriforme.
En las ratas, el bulbo olfatorio está situado entre los ojos, justo detrás del hueso nasal. La corteza piriforme, por su parte, está profundamente arraigada en el cerebro de los roedores, una ubicación que, hasta ahora, había hecho imposible la obtención de imágenes en vivo de ella.
Pero una técnica de imágenes de ultrasonido neurofuncional desarrollada por el equipo de científicos franceses -con Mickael Tanter e Hirac Gurden a la cabeza- ha cambiado esta situación. Bautizada como fUS (Ultrasonido funcional), la tecnología permite la monitorización de la actividad neuronal en dicha corteza.
Características técnicas
Según informa el CNRS en un comunicado, la técnica se basa en la transmisión de ondas planas de ultrasonidos por el tejido cerebral.
Tras el procesamiento de datos, los ecos devueltos por las estructuras atravesadas por dichas ondas pueden proporcionar imágenes con una resolución espacial y temporal sin igual: 80 micrómetros y unas pocas decenas de milisegundos.
El contraste de las imágenes se debe a las variaciones en el flujo sanguíneo del cerebro. De hecho, la actividad de las células nerviosas requiere un aporte de energía; por lo que está vinculada a una afluencia de sangre en la zona en cuestión.
Mediante el registro de las variaciones de volumen de los vasos sanguíneos que riegan las diferentes estructuras del cerebro, por tanto, es posible determinar la ubicación de las neuronas activadas.
Varias técnicas de imagen, como la resonancia magnética, ya se basan en la relación entre el volumen de la sangre y la actividad neuronal. Pero, de nuevo según el CNRS, la técnica fUS ofrece ventajas en términos de coste, facilidad de uso y resolución. Además, posibilita el acceso a estructuras más profundas, que se encuentran varios centímetros por debajo del cráneo.
FUENTE: www.tendencias21.net/